CAMUFLADO Y AGAZAPADO

He considerado oportuno y necesario insistir en la importancia de que, en la vida política, no se confunda al adversario político con el enemigo, con la sana intención de no introducir en la realidad parlamentaria la dialéctica amigo-enemigo tan del gusto de San Agustín, en su obra titulada “De la Ciudad de Dios” y, en la que se aceptaba el principio que dice que: “quien no está conmigo está contra mí”.Pero, hoy, la dialéctica amigo-enemigo ha sido superada por la sociedad del diálogo, del contraste de opiniones, de la moderación, de la diversidad de ideas, del respeto al pensamiento ajeno, etc., etc. Es decir: Con las otras personas cabe la posibilidad de contrastar opiniones, de valorar otros puntos de vista, de respetar el modo de pensar ajeno, la diversidad de pareceres,…y un largo etcétera que va unido al reconocimiento de que, cada persona tiene derecho a pensar por propia cuenta, dando lugar a la diversidad de opiniones y al contraste de pareceres.
Pero con esto no pretendo decir que no existan hoy en la Sociedad obligaciones. Porque toda persona comprometida políticamente tiene serias obligaciones con las Instituciones y con toda la Sociedad. El problema aparece cuando, personas comprometidas políticamente, olvidan que se han comprometido a dar la cara y a no camuflarse y estar agazapadas, como si con ellos no fuera la cosa. Parece incongruente que, quien asume un compromiso político, se olvide de que tiene obligación de dar la cara y de no esconderse ante sus deberes y de participar políticamente dando la cara. No se entiende, en consecuencia que, si el señor Rajoy, por ejemplo, está comprometido políticamente, esconda la cara y haga como que con él no va la cosa y permanezca como oculto y agazapado cuando debe actuar políticamente. Porque España necesita la participación política que había pedido el señor Rodríguez Zapatero, de todos aquellas persona que deben actuar consciente y coherentemente en función de su puesto político y hacerse cargo de todo lo que lleva ese cargo consigo.
Da tristeza que veamos a Rajoy huyendo de dar la cara, de hacer sugerencias y que obre como si el asunto en cuestión no tuviera que ver con él, como si estuviera camuflado y agazapado, sin compromiso político perceptible. Es un desastre político que, políticos de primera fila, aparezcan como de prestado y ocultando que lo único que hacen es ocultarse. Resulta repulsivo que haya políticos que hacen como que hacen, pero, en realidad, parece que están ocultos como si estuvieran camuflados y agazapados, porque no actúan políticamente ni dan la cara. Y, para colmo, no se le ocurre a Rajoy otra salida que solicitar de los parlamentarios socialistas que le pidieran al Presidente Zapatero su dimisión. A lo que, el señor Rodríguez Zapatero contestó que, si tenía valor Rajoy, que presentara una moción de censura en las Cortes. Y ahí cundió el silencio y se terminó el valor de Rajoy. Podría haber dado una sugerencia más digna, pero Rajoy a ese límite no llegó. ¿Cuál ha sido la iniciativa del sr. Rajoy? No hubo tal iniciativa. Pero, la Sociedad necesita que, el señor Rajoy de la cara y ofrezca públicamente a la Sociedad española la noticia de en dónde está políticamnente. Porque la Sociedad española hoy, más que nunca, necesita la participación de todos y no admite las máscaras políticas. Parece obvio

01 marzo 2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario