ALGO SOBRE ÉTICA Y POLÍTICA

Con frecuencia se define la Ética como el “arte de obrar bien” y, la Política como “el arte de gobernar”, en cuyo caso, tanto la primera como la segunda serían artes. Pero la Ética no es un arte, sino un saber, es decir, Ética es saber obrar según el bien.
La Política es saber gobernar bien la Comunidad humana. Como tal saber, la Política es una ciencia. Aunque Nicolás Maquiavelo definiera la Política como el “arte de gobernar”, hay que considerar que, para Maquiavelo, la política es arte, porque hay que manejar muchos hilos para ser un buen gobernante. Pero, siempre que se utiliza el término “bueno/malo” aplicado a la política, hay que tener en cuenta que estos términos son expresiones morales que tienen que ver con el bien y con el mal en la vida política y por tanto tienen un aspecto moral.
Maquiavelo consideraba que la política no tiene que ver con la ética y que, por lo tanto era según él un arte. Pensaba, pues, que era un mero arte y, según su criterio, el arte no tiene moralidad, basta con seguir las reglas del mismo y seguir su ritmo.
Por eso pensaba que las obras de arte son o no bellas. El arte tiene relación directa con la belleza y la obra artística sería o no, bella, pero no otra cosa. Aplicar el término bueno o malo a una obra de arte es considerarla de un orden distinto del que, por naturaleza le pertenece. Porque el bien o el mal son términos morales y poseen un sentido ético. Todo esto, según el pensamiento maquiavélico, no es ética, sino estética. Porque la ética tiene dos referencias incontestables que son el bien y el mal.
Sin embargo hay que no olvidar la dimensión ética de la política y, por ello, su relación con el bien y el mal morales, es decir, humanos.
Olvidar la relación de cualquier acto humano con la moral, es truncar el acto y dejarlo incompleto, porque todo acto humano puede ser bueno o malo y, por tanto, ético.
Maquiavelo olvidó el acto moral y dejó de tener en cuenta la dimensión sión de bien o mal humanos. Serio olvido, creo yo. ¿A usted no se lo parece? A mí, sí.

11 de marzo de 2010

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