ALGO SOBRE EL RESPETO ENTRE PERSONAS

Uso el término “respeto” en un sentido diferente a cuando se dice de un instrumento o de un artefacto, de un coche o de una motocicleta por ejemplo, si se dijera de alguno de ellos que “impone respeto”. Suele hacerse referencia, aunque no sólo, a sus perfecciones técnicas o al consiguiente peligro de su manejo. Se usa en el sentido de que “da miedo utilizarlo” y el peligro consiguiente a su manipulación.
Pero, el uso del término respeto entre personas, alude siempre e inexcusablemente a la reciprocidad. Porque, el respeto entre personas es siempre, ineludible e inexcusablemente, mutuo y recíproco. No es un respeto que indique superioridad e inferioridad, sino reciprocidad. Es decir; es un respeto de uno al otro y de otro al uno. Este respeto es, mutuo por naturaleza y equivalente. Y se entiende por respeto el reconocimiento mutuo de la calidad de personas. Porque, el respeto del uno al otro, incluye la necesidad del respeto mutuo. Reconocer el respeto de uno a otro es lo que exige la naturaleza en la relación interpersonal. Reconocer la valía del otro ser humano como persona. Nada más y nada menos.
Pero no busquemos relaciones de otro tipo que la igualdad de personas. No imaginemos que ser persona es algo diferente que ser un ser humano. ¿Qué significa entonces ser persona? No otra cosa que ser un ser humano y, el respeto, no es algo distinto que percatarse de que el otro es tan digno de de ser reconocido y apreciado por ser un ser humano. Y es que, ser un ser humano, impone un respeto, al que llamaremos natura, es decir, que se impone por sí mismo. No es un respeto como lo sería el del superior sobre el inferior, pero es un respeto humano y natural. Lo podríamos llamar connatural o de igual a igual.
Es como si, en el otro, estuviéramos viendo el propio yo y su calidad humana, aceptando la dignidad del otro como siendo nuestra propia dignidad. A esto es a lo que llamamos respeto mutuo y natural con todo lo que ello lleva consigo.
El respeto entre personas se hace entonces sencilla y llanamente sin añadiduras inútiles y sin aditamentos innecesarios.
Así lo pienso y a esto es a lo que se llama respeto mutuo. ¿Vale la pena? Yo pienso que sí. ¿Y usted?

22 de marzo de 2010

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