SOBRE EL VALOR DE LOS VALORES

Para Jesucristo, amar a los enemigos, es importante y necesario: “Habéis oído que se dijo: Amad a vuestros amigos y odiad a vuestros enemigos. Un valor es algo que se considera que, “de por sí” es importante. Al utilizar el término “de por sí”, quiere decirse que, independientemente de mi opinión personal, aquello de lo que se trata, es necesariamente importante. No en balde, Dietrich von Hildebrand, uno de los mejores tratadistas sobre los valores que yo conozco, define el valor como “aquello que tiene la categoría de importancia”, Por ejemplo: Jesucristo dijo: “Habéis oído que se dijo: Amad a vuestros amigos y odiad a vuestros enemigos: Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen. Es la superación evangélica del “ojo por ojo y diente por diente”.
Jesucristo dijo que había venido a completar lo que estaba incompleto en el Antiguo Testamento y hacer que se cumpliera lo que aún no se había cumplido. Lo que quiere decir que era necesario dar un paso más frente al odio en forma de amor. Así convendría que se hiciera hoy en relación con los valores que son para nosotros más conocidos como la solidaridad, la igualdad y la libertad, la justicia social, la capacidad de diálogo, de comprensión, de colaboración y de respeto, el apoyo a quienes más pueden necesitarlo en una sociedad que necesita cada vez más el cultivo de nuevos valores.
Parece lógico que intentemos llevar a plenitud los valores sociales de una Comunidad Humana que son necesarios para participar en la afirmación de nuevos valores y nuevas virtudes sociales que hagan que surja un mundo más justo, más pacificador y fraternal, como consideramos que se realizará el gran plan del infinito Amor de Dios. El mundo lo necesita y, la Sociedad lo espera. Esto es posible si ponemos manos a la obra. Pero:¿queremos?. Se necesita una respuesta positiva y activa. Hay que poner manos a la obra. La sed de la Humanidad necesita saciarse. Eso es lo que pienso y ardientemente deseo.

16 diciembre 2009