SOBRE LA AUTÉNTIA LIBERTAD DE GÉNERO

He leído con atención y con el máximo agrado, el artículo firmado por María Pazos titulado: “Las mujeres en el cambio de modelo productivo”. (El País, 1 del 09 del 2009, págs. 27 y 28) con un subtítulo que dice así:”El desarrollo humano, social y económico sostenible choca con las desigualdades de género”. Parte del hecho de que “tenemos una población femenina altamente formada, cuyo capital humano se despilfarra en precariedad, subempleo, contratos a tiempo parcial, inactividad, economía sumergida y desempleo, fenómenos que lastran el funcionamiento del mercado de trabajo y merman la productividad”.

“Podríamos empezar por no seguir despilfarrando el capital humano existente. El trabajo infantil, los problemas demográficos o la violencia machista, también están íntimamente relacionados con la marginación y la falta de autonomía de las mujeres, así en España como en Afganistán. En definitiva, como repiten todos los organismos internacionales, aunque sólo cuando se habla de estos temas se trata, la eliminación de la desigualdad de género es necesaria para un desarrollo humano, social y económico sostenible a nivel mundial”.

Afortunadamente, la división sexual del trabajo está deslegitimada y hoy la mayoría se identificaría con un modelo de sociedad de personas sustentadoras/cuidadoras en igualdad (individual earner/carer según Sainsbury). Me parece que es importante señalar que no se trata de una igualdad de género de tipo cuantitativo, sino, más bien de una igualdad cualitativa, pero no ideal, sino real y efectiva. No se trata de un juego de conceptos, sino de estrictas y palpables realidades sociales en donde el ideal social-demócrata de igualdad civil y política se cumpla efectivamente y cualitativamente en la realidad social.

Conviene, pues, que la igualdad de género no se entienda como una mera teoría sin contenido real, sino un modo de entender la sociedad civil y la relación entre géneros. Que ser varón o mujer no sea un modo de separación entre sexos, sino una forma de interpretar la realidad social desde la perspectiva de la real igualdad y no desde una radical diferencia que socialmente no exista o no sea eficazmente operativa. Por eso, la autora del artículo insiste en que, “la división sexual del trabajo está deslegitimada”. Y también que hay que revisar las figuras tributarias.

Creo que esto afecta al PSOE de una manera fundamental y, también, afectaría socialmente al PP, si quisiera, pero no es el caso.

Convendría revisar si somos capaces de entender la igualdad positiva de género y hacer el esfuerzo de caminar por ese sendero.

Eso seriamente pienso. ¡Gracias!


11 octubre 2009

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