SOBRE EL CLERICALISMO Y LA LAICIDAD

Jesucristo dijo una vez:”Dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”, dando a entender que no se introduzcan elementos religiosos en lo que no es religioso, sino temporal o laico. Lo cual llevaba consigo la idea de que lo temporal es autónomo y tiene sus propias reglas, también temporales. La autonomía de lo temporal significa que lo técnico, lo científico, la organización de la sociedad etc., tienen sus propias reglas de funcionamiento. Lo que lleva consigo la idea de no introducir elementos de tipo religioso, en asuntos que no son estrictamente religiosos. Aquí está la base de la laicidad. Laicidad que no tiene necesariamente que ser opuesta a la religiosidad. Puede perfectamente haber una laicidad respetuosa con la religiosidad, que reconozca todas las confesiones religiosas y que las trate con el debido reconocimiento, pero que se rija por principios no religiosos.
Lo mismo que el teorema de Pitágoras no necesita de oraciones para comprenderlo ni tiene por qué meter a Dios en su estudio y asimilación mental, así también sucede con la organización de la Sociedad. Puede incluso haber una ética o moral, tanto individual como social, inspiradas en principios no religiosos, que, usando limpia y llanamente la razón, sirva para orientar nuestra conducta Lo que no impide que haya una profunda actitud respetuosa hacia cualquier religión. Tenemos nuestro pensamiento y nuestra razón para pensar y, usándolos adecuadamente, conducir con rectitud nuestra vida como diría Descartes o Kant y otros muchos.
Querer que la sociedad se conduzca enteramente por principios religiosos o clericales, como parece pretender el cardenal Cañizares, es, a mi parecer, una involución social, que no soluciona los problemas de una sociedad, en la que existen con todo derecho, pluralidad de credos religiosos divergentes y, también, diversidad de pensamiento. Porque el pensamiento es algo muy personal y muy relativo, porque diversas personas pueden estar convencidas de que son verdaderas las propias reflexiones diferentes sobre una misma cuestión. A eso se le llama la relatividad de la verdad, que sin ser un dogma, es una realidad. La Santa Inquisición fue un atropello a la libertad de pensamiento, que dio lugar a condenas y martirios a multitud de personas inocentes y que obligaron a abjurar, de entre otros muchos, a Galileo, por afirmar que la Tierra gira alrededor del Sol. Hoy día, la lectura de la abjuración de Galileo, da auténtica vergüenza. Estamos en un momento en que no hay ese tipo de condenas, pero no cabe duda de que ciertas opiniones de clérigos de alto rango, pudieran volver a avergonzar a la Humanidad como hizo la Inquisición. Creo que podríamos recordar la frase del Cardenal Bea, quien dijo ante los hermanos separados esta frase:”No es la verdad la que tiene derechos; es la persona quien los tiene”. No creo que lo excomulguen en estos tiempos. Fue un gran y santo cardenal de la Iglesia. Así lo creo. ¿Usted también lo cree?
26 de Mayo de 2008

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