LA INDEPENDENCIA DEL PODER CIVIL

Llamaré “Poder Civil” a los tres poderes del Estado Democrático de Derecho para distinguirlos de otro tipo de poderes como el poder eclesiástico, el poder económico, el poder de los grupos de presión, ya sean mediáticos o informativos, políticos, sindicales, etc.,etc.
El Poder civil, esto es, los tres poderes, gozan de la independencia correspondiente a cada poder. Son pues, independientes, el poder Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial para el ejercicio de sus competencias y sin salirse del ámbito de las mismas.
Es cierto que, en una sociedad bien organizada, hay que armonizar y coordinar el poder y las libertades, de manera que, dichos poderes, no interfieran, dificulten o impidan el ejercicio de las otras. Y viceversa; esto es, que el ejercicio de la libertades constitucionalmente admitidas, no dificulte el ejercicio de los poderes citados. Basta para ambas cosas que se actúe conforme a las leyes establecidas.
Pero, en España, no faltan deseos y presiones, para ejercer el poder en ámbitos que no son el propio. Pongamos por ejemplo, el intento de inmiscuirse en el terreno de lo que hemos llamado poder civil por parte de otros que, teniendo un poder de hecho en otras zonas sociales, carecen de cualquier tipo de poder en el espacio de alguno de los tres poderes citados.
Piensen ustedes en los poderes mediático o informativos si se diera el caso de querer interferir la actuación del Poder Legislativo o Judicial. No entro aquí en buenas o malas intenciones (que también se dan), sino de actuar en un espacio que excede los límites del propio poder y se introduce en un lugar que no es propio ni de hecho ni de Derecho. Que a veces se pasen por alto ciertas intromisiones, no quiere decir que ese tipo de actuaciones sean lícitas o aceptables. Pero, lo que produce especial preocupación es, la intromisión poderes religiosos en terrenos exclusivos de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, porque es meterse en donde nadie los llama, ejerciendo un abuso de poder, no pocas veces, acompañado de bendiciones clericales y de sermones ultramundanos, sin tener en cuenta que, como dijo Jesús de Nazaret, hay que dar “al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”. Y más, en un Estado que no se rige para gobernar en principios religiosos, aunque de hecho los respete. Pues, de la misma manera que estos poderes no aceptan la intromisión del Estado laico en asuntos estrictamente religiosos, así mismo, tampoco tiene por qué entrometerse una religión en la censura de las leyes, de las sentencias judiciales o de los mandatos del Poder Ejecutivo etc., etc.. Querer ser los garantes de la educación de los jóvenes los representantes de credos religiosos es un abuso inaceptable, creo, que es inmiscuirse en donde no les llaman y regar fuera del tiesto. Porque quieren olvidarse de la independencia del poder civil en relación con el poder religioso Para valorar lo que digo, piénsese en la diversidad de religiones existentes en España y, dígasenos si hay que darle poderes civiles a todas. ¿No sería un verdadero lío? Cada cosa en su sitio y no mezclemos las cosas porque el resultado sería turbio y poco útil y perjudicial. Como está acaeciendo. ¡¡Gracias!!.
.9 de Junio de 2008.

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