La esperanza, como sabemos, es una forma de confianza en un futuro mejor. Puede haber una esperanza activa, cuando trabajamos para lograrlo, o, también, una esperanza pasiva, cuando, sin hacer algo positivo para alcanzarlo, confiamos en que vengan tiempos mejores.
Vivimos en un mundo paradójico, en el que, la bondad y la malicia están formando el entramado de la vida humana en la Tierra. Al mismo tiempo y en distintos lugares de la tierra, hay hambre extrema y sobreabundancia, guerras y vida pacífica, solidaridad y odio, vida democrática y dictaduras insufribles.
Parecía que la ONU y los organismo correspondientes de ayuda alos paíse necesitados, como la FAO, podrían enfrentarse a los problemas de los países subdesarrollados o en vías de desarrollo como las guerras, o que las ONGS podrían mitigar las enfermedades epidémicas, o contra el hambre. Pero, cuando se logra conseguir algo en algún lugar, aparecen serios problemas en otros. La globalización no ha llegado a solucionar problemas como las enfermedades, como, por ejemplo, el SIDA y otras dolencias infecciosas.
Es evidente que, el mundo actual, a pesar de tener sed de paz y de espíritu de colaboración, deseo de fraternidad y de unión entre todos los seres, no por ello, deja de estar necesitado de intervenciones internacionales para solucionar los problemas raciales o los conflictos armados, endémicos en varias zonas de África, y en otros países del mundo.
No basta, por lo tanto, con una mera esperanza pasiva, porque indudablemente hay que actuar contra las enfermedades, las epidemias, los odios raciales, las dictaduras etc.,etc. No es suficiente con una protesta individual; es necesario que los seres humanos, las naciones, los organismos internacionales, los medios de comunicación etc., intervengan para que ayuden a que en el mundo entero haya ansia de “humanidad”, de paz, de amistad entre países, entre tribus, entre razas….Que tengan también en cuenta la situación de los seres indefensos, es decir: Los niños y las niñas maltratados, usados como mercancías de todo tipo, incluso para la guerra, la prostitución, los trabajos forzados.
Tenemos que poner los medios o proclamarlo con Martin Luther King diciendo que, su sueño, sea el sueño de todos los seres humanos y que la proclamación de ese sueño cale en toda la humanidad actual. Porque ¿no ha sido sorprendente que el sueño de Luther King se cumpla ahora en EEUU? ¿No podemos intentarlo en todo el mundo, en tudas las edades, en todas las etnias? ¿No va siendo hora de que los seres humanos lleguemos a ser hermanos en todo el mundo? Porque, si en los Estados Unidos ha sido posible cambiar las mentes ¿no será sensato intentar que todos los Medios de Comunicación y todas las instancias mundiales hagan un sobreesfuerzo para crear mentalidades e instituciones más humanas? Si aquello fue un sueño que se ha cumplido ¿por qué no intentarlo ahora? Esa es la razón del triunfo de Obama. ¿Podremos hacer otro tanto a nivel mundial? No se busca más que un mundo humano. ¿Es demasiado pedirlo?. Se acerca la Navidad y podemos recordar que Jesucristo vino a eso. Nada más y nada menos.
Vivimos en un mundo paradójico, en el que, la bondad y la malicia están formando el entramado de la vida humana en la Tierra. Al mismo tiempo y en distintos lugares de la tierra, hay hambre extrema y sobreabundancia, guerras y vida pacífica, solidaridad y odio, vida democrática y dictaduras insufribles.
Parecía que la ONU y los organismo correspondientes de ayuda alos paíse necesitados, como la FAO, podrían enfrentarse a los problemas de los países subdesarrollados o en vías de desarrollo como las guerras, o que las ONGS podrían mitigar las enfermedades epidémicas, o contra el hambre. Pero, cuando se logra conseguir algo en algún lugar, aparecen serios problemas en otros. La globalización no ha llegado a solucionar problemas como las enfermedades, como, por ejemplo, el SIDA y otras dolencias infecciosas.
Es evidente que, el mundo actual, a pesar de tener sed de paz y de espíritu de colaboración, deseo de fraternidad y de unión entre todos los seres, no por ello, deja de estar necesitado de intervenciones internacionales para solucionar los problemas raciales o los conflictos armados, endémicos en varias zonas de África, y en otros países del mundo.
No basta, por lo tanto, con una mera esperanza pasiva, porque indudablemente hay que actuar contra las enfermedades, las epidemias, los odios raciales, las dictaduras etc.,etc. No es suficiente con una protesta individual; es necesario que los seres humanos, las naciones, los organismos internacionales, los medios de comunicación etc., intervengan para que ayuden a que en el mundo entero haya ansia de “humanidad”, de paz, de amistad entre países, entre tribus, entre razas….Que tengan también en cuenta la situación de los seres indefensos, es decir: Los niños y las niñas maltratados, usados como mercancías de todo tipo, incluso para la guerra, la prostitución, los trabajos forzados.
Tenemos que poner los medios o proclamarlo con Martin Luther King diciendo que, su sueño, sea el sueño de todos los seres humanos y que la proclamación de ese sueño cale en toda la humanidad actual. Porque ¿no ha sido sorprendente que el sueño de Luther King se cumpla ahora en EEUU? ¿No podemos intentarlo en todo el mundo, en tudas las edades, en todas las etnias? ¿No va siendo hora de que los seres humanos lleguemos a ser hermanos en todo el mundo? Porque, si en los Estados Unidos ha sido posible cambiar las mentes ¿no será sensato intentar que todos los Medios de Comunicación y todas las instancias mundiales hagan un sobreesfuerzo para crear mentalidades e instituciones más humanas? Si aquello fue un sueño que se ha cumplido ¿por qué no intentarlo ahora? Esa es la razón del triunfo de Obama. ¿Podremos hacer otro tanto a nivel mundial? No se busca más que un mundo humano. ¿Es demasiado pedirlo?. Se acerca la Navidad y podemos recordar que Jesucristo vino a eso. Nada más y nada menos.
. 11 de Noviembre de 2008 .
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