A veces, el refranero, nos puede ayudar a hacer una reflexión de contenido ético. Por ejemplo, cuando decimos:”Haz bien y no mires a quién” o “Piensa mal y no errarás”,”El fin no justifica los medios” etc. Y es que, cuando tenemos que actuar en nuestra vida, nos podemos hacer, al menos, una de estas dos preguntas: “¿Estará bien esto que estoy haciendo?” o, también: “¿Podré lograr esto que deseo?”. Pues bien; en el primer caso, se pregunta por lo correctamente ético, por si es bueno realizar un cierto tipo de actos, por ejemplo matar o robara a una persona. No me pregunto per si es posible matar o robar a una persono, sino, si es moralmente bueno o malo llevarlo a cabo. Pensemos en el jugador de futbol que finge que le han zancadilleado y tirado al suelo dentro del área, con lo cual ha logrado engañar al árbitro quien sanciona la acción con el máximo castigo. El penalti ha sido ilegal por inexistente, pero, quien lo ha fingido, ha logrado, con engaño, que el árbitro, de buena fe, pitara la pena máxima. Que el jugador consiguiera el castigo, es lo que llamamos eficacia. Que lo hiciera con engaño es lo que consideramos éticamente negativo.
Eficacia es utilizar los medios aptos para alcanzar un fin. La eficacia mira al éxito, es decir, a conseguir el fin o la meta que se pretende. La moral (o ética) mira a la bondad o maldad de la acción, a la licitud humana, es decir, a la bondad en conciencia de los actos que se llevan o pretenden llevarse a cabo. Piensen en un vendedor que se apropia, ocultándolo, de parte del peso o de las medidas de un producto, o que engaña sobre la calidad de lo que pretende vender, diciendo falsamente que es de superior calidad de lo que realmente es. Y podríamos seguir hablando de utilización de la traición, de la zancadilla, de la ocultación del estado real de unos alimentos o de ciertos productos etc., etc. Ayudan a esto, los Medios de comunicación social y las técnicas de propaganda, que, como diría Marcuse, lo invaden y controlan todo e incitan, incluso sin que nos demos cuenta, a la búsqueda indiscriminada del placer que ellos control.
Con no poca frecuencia se dice:” ¡Seamos prácticos”. Que es lo mismo que decir: “Vamos a intentar por todos los medios lograr lo que realmente queremos”. Se hace abstracción de la dimensión moral de los actos y se actúa como si no existiera dicha dimensión. Para estas personas: “Si se logra lo que se pretende, bien hecho está”. Que es lo mismo que decir que lo único justo es lograr el éxito. ¿Qué hay en gaño, que hay traición? No importa si se alcanza la meta que se desea. Y, una vez conseguido, olvídese usted del cómo. Pero, en realidad de verdad, el cómo es más importante que el fin a alcanzar, porque, en gran medida, en el cómo está la moral, aunque también esté en el qué: Robar, asesinar, dañar, maltratar, engañar, mentir etc.…, al prójimo… Hay también formas de rectificar lo hecho y de tener la valentía de volverse atrás de lo mal hecho. Aquí también interviene la moral como rectificadora de daños y perjuicios. Hay, creo, que obrar en conciencia según el bien moral y, si no se ha hecho, corregir, en lo posible, lo que sabemos que hemos hecho mal desde el punto de vista ético (es decir;moral) Puesto que “De sabios es rectificar”. Porque, si es verdad que es humano cometer errores, no es menos humano, rectificarlos y corregirlos. Hace falta sólo un poco de valentía y de sobreponerse al ambiente, que, creo, que es adverso. El éxito y el placer no lo son todo, y más, si se logra con comportamientos inhumanos. Esto pienso. ¿Y usted?.
Eficacia es utilizar los medios aptos para alcanzar un fin. La eficacia mira al éxito, es decir, a conseguir el fin o la meta que se pretende. La moral (o ética) mira a la bondad o maldad de la acción, a la licitud humana, es decir, a la bondad en conciencia de los actos que se llevan o pretenden llevarse a cabo. Piensen en un vendedor que se apropia, ocultándolo, de parte del peso o de las medidas de un producto, o que engaña sobre la calidad de lo que pretende vender, diciendo falsamente que es de superior calidad de lo que realmente es. Y podríamos seguir hablando de utilización de la traición, de la zancadilla, de la ocultación del estado real de unos alimentos o de ciertos productos etc., etc. Ayudan a esto, los Medios de comunicación social y las técnicas de propaganda, que, como diría Marcuse, lo invaden y controlan todo e incitan, incluso sin que nos demos cuenta, a la búsqueda indiscriminada del placer que ellos control.
Con no poca frecuencia se dice:” ¡Seamos prácticos”. Que es lo mismo que decir: “Vamos a intentar por todos los medios lograr lo que realmente queremos”. Se hace abstracción de la dimensión moral de los actos y se actúa como si no existiera dicha dimensión. Para estas personas: “Si se logra lo que se pretende, bien hecho está”. Que es lo mismo que decir que lo único justo es lograr el éxito. ¿Qué hay en gaño, que hay traición? No importa si se alcanza la meta que se desea. Y, una vez conseguido, olvídese usted del cómo. Pero, en realidad de verdad, el cómo es más importante que el fin a alcanzar, porque, en gran medida, en el cómo está la moral, aunque también esté en el qué: Robar, asesinar, dañar, maltratar, engañar, mentir etc.…, al prójimo… Hay también formas de rectificar lo hecho y de tener la valentía de volverse atrás de lo mal hecho. Aquí también interviene la moral como rectificadora de daños y perjuicios. Hay, creo, que obrar en conciencia según el bien moral y, si no se ha hecho, corregir, en lo posible, lo que sabemos que hemos hecho mal desde el punto de vista ético (es decir;moral) Puesto que “De sabios es rectificar”. Porque, si es verdad que es humano cometer errores, no es menos humano, rectificarlos y corregirlos. Hace falta sólo un poco de valentía y de sobreponerse al ambiente, que, creo, que es adverso. El éxito y el placer no lo son todo, y más, si se logra con comportamientos inhumanos. Esto pienso. ¿Y usted?.
. Marzo 2009 .
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