ALGO SOBRE EL TRABAJO
Próximo el 1 de Mayo, fiesta del trabajo y de los trabajadores y la trabajadoras, es para mi ineludible decir algo a grandes rasgos, sobre la naturaleza, sentido e importancia del trabajo y de los trabajadores y de las trabajadoras.
A veces, sobre este asunto, pesa el recuerdo del castigo bíblico divino a Adán: “Comerás el pan con el sudor de tu frente” por haber comido el fruto del árbol prohibido. Y también la llamada de Dios: “Creced y multiplicaos y dominad la tierra”.Dominar la tierra es lo mismo que decir que el ser humano es señor de las cosas. (Dominus, en latín, significa señor) En este segundo sentido, el trabajo evidentemente no es un castigo, sino el modo de ser “señor”.
John Locke, despoja el trabajo de su tinte religioso y considera que el trabajo es el fundamento del derecho a la propiedad y su límite... Para entenderlo pongamos un ejemplo: Si un ser humano trabaja una peña y hace de la misma una estatua, esa estatua, ideada y trabajada por el citado ser humano, le pertenece. Es decir, la escultura es suya, pero sólo puede apropiársela si es suya también la piedra esculpida. Luego, el trabajo, justificaría la propiedad de la estatua. Eso mismo puede decirse del labrador que cultiva una finca; la finca es suya mientras la haga productiva y, como no puede trabajar indefinidas fincas, sólo puede ser dueño de la finca o fincas que trabaja. Vemos pues, cómo para Locke, el trabajo es la base de la propiedad y, también su límite.
Para Marx el trabajo “hace al hombre de la nada”, es decir, el ser humano, antes de trabajar era “nada”, porque necesitaba de todo lo que no tenía y se las tuvo que ingeniar para ver cómo lograrlo. Y así se despertó y fue desarrollándose su inteligencia y su habilidad. ¿Gracias a qué? Gracias a la necesidad. Y así logró ponerse a intercambiar lo que él producía con lo que otros seres humanos producían y así fue surgiendo paulatinamente con el intercambio, la sociedad. Poco a poco pudo cercar tierras y ponerlas a producir y, cuando ya eran muchas las tierras, alquiló el trabajo de otros seres humanos por un salario. Estos últimos producían, pero no eran dueños, podían cobrar también en especies, pero las tierras eran de otro. Y, según fue desarrollándose la sociedad, fueron aumentando los asalariados. En la sociedad industrial, los dueños de los medios de producción eran unos y los que trabajaban y manejaban dichos medios eran los que no eran dueños. Y así fue apareciendo la sociedad de clases: de explotadores y explotados. Dando lugar a la lucha de clases y la pobreza extrema de una parte de la sociedad. En realidad era un expolio de los propietarios de los bienes de producción a los asalariados. De ahí nació la lucha de clases y, para Marx, la necesidad de hacer desaparecer el derecho a la propiedad, causa de la lucha de clases y de egoísmo humano. Lo intentaron Lenin y Stalin y evidentemente, no lo lograron.
Y se intentó liberar a la clase obrera de su dependencia. ¿No merece la clase obrera un horizonte y un trato mejor? El trabajo, si es justo no, puede ser opresivo y alienante, Y aún lo es. ¿Por qué? ¿Qué podemos entre todos hacer?
José María Arrojo Hernández
30/04/09 22004 Huesca.
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