SOBRE NUESTRA LIBERTAD

Es obvio que una Sociedad Democrática es una sociedad de seres humanos libres. Pero, a pesar de ser obvio, la expresión “seres humanos libres”, no es suficientemente precisa. Porque hay que delimitar qué significa la expresión: seres humanos libres. Más concretamente:¿De qué libertad hablamos?, porque el término libertad posee muchos matices. No basta con dar una definición genérica como: “Libertad es la capacidad de obrar por iniciativa propia”. Porque, la iniciativa propia, es constitutiva de cualquier clase de libertad.
Pero, cuando se habla de libertad social, no nos referimos sólo a la libertad de cada persona, se habla de la libertad común. No sólo aludimos a la libertad de cada uno, sino a la libertad común o, lo que es lo mismo, a nuestra libertad; esto es, a la libertad compartida con todos los restantes miembros de nuestra sociedad. Compartir la libertad, no es dividirla en tantos trozos como ciudadanos y ciudadanas haya. La libertad común, la nuestra, no es la suma de las libertades individuales, como si en la Sociedad hubiera tantas libertades como miembros de dicha sociedad. La libertad común no es una suma de libertades individuales, sino una única libertad que afecta e incluye a todas y a cada persona pertenecientes a la sociedad , pero sin trocearla, sin dividirla, sino unitariamente inserta en todos y en cada miembro de dicha sociedad. Por ser de cada uno de los miembros, todos podemos llamarla mía; por abarcar a toda la Sociedad, podemos decir con todo derecho que es nuestra.
En honor a la verdad, hay que precisar que, cuando decimos que la libertad en la Sociedad es nuestra, imperceptiblemente, pero con rotundidad, hemos añadido al término mía, un matiz de solidaridad. Por lo que, nuestra libertad es nuestra, es debido a que es una libertad solidaria. Y esto, que parece una insignificancia, tiene una incalculable y positiva importancia para la vida social. Porque la ausencia de la libertad en las demás personas, me afecta a mí y a cada ciudadana o ciudadano, como algo que no debe ser.. Como algo que nos influye y nos incluye a todas la personas, como miembros de la misma Sociedad. Si a otra persona la privan de eso que hemos llamado nuestra libertad, a mi me falta algo. Y considero que la libertad de esa otra persona también es mía y, en consecuencia, tengo la obligación de luchar por su defensa, porque también me pertenece y la poseo en comunidad con esa otra persona. Es nuestra
Lo opuesto a la libertad solidaria, es la libertad egoísta o competitiva o interesada. Es la libertad del liberalismo económico, fundamento del interés y de la competitividad. Es decir: “Yo busco mi interés y tu buscas el tuyo” y, por eso nos ponemos a competir....Es el fundamento de eso que se llama “libre mercado”, que concibe al otro, es decir, a la otra persona, como un mero competidor. Esto, según el Liberalismo Económico, debería producir un orden económico, como el de la “Gravitación Universal” de Newton, es decir, la tensión en la búsqueda de propio interés, haría en el mercado, la veces de la gravedad en el orden del Universo. Los economistas, a esta fuerza la denominan “la mano oculta del mercado”
El desorden y la miseria que produjo esa pretendida maravillosa mano oculta del mercado, fue un cataclismo universal que necesitó sustituir el Estado abstencionista del libre mercado, por el Estado del bienestar y la creación de un orden económico nuevo y un estado social, que tuviera en cuenta la amarga situación de los asalariados. Un tema seriamente navideño. Pero esto, es un asunto que merece un capítulo aparte. Tiempo habrá de hacerlo, si Dios quiere.
. 10 de Diciembre de 2007.

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