“ ¡ ATRÉVETE A PENSAR ! ”

Fue el grito de Manuel Kant, el gran filósofo de la Ilustración, para indicar que tenemos la inteligencia para ejercitarla., no para dejar de valernos de ella y refugiarnos en instancias no intelectuales, ya sean mitos religiosos o actos de fe irracionales, ya sean otros seres humanos..., al tratar de asuntos racionales, dentro del ámbito del conocimiento humano. No se trataba, según Kant de un acto de soberbia intelectual, sino del empleo natural de nuestra inteligencia en la reflexión de los asuntos filosóficos, tanto individuales, tanto individuales como sociales. Nos pedía el gran filósofo que no nos acomplejáramos en el uso de nuestra razón, sino que nos valiéramos de ella, porque la inteligencia la tenemos para usarla y para orientar nuestra vida y la de la sociedad. A esta actitud, se la denominó:”El espíritu de la Ilustración”. Intentó socializarse el uso de la razón, de manera que, la sociedad entera, estuviera constituida por seres que saben conducirse usando el discurso racional, que es lo mismo que decir que estuviera constituida por seres ilustrados. Por eso, al siglo XVIII se le llamó:”el siglo de las luces” o Ilustración.
Aclararemos que la defensa del uso de la inteligencia para reflexionar sobre asuntos personales, sociales y teológicos no es una novedad histórica y que tiene largos precedentes en autores griegos, medievales, renacentistas....etc. San Agustín realizó varias pruebas de la existencia de Dios, a partir de diversas experiencias humanas, sin necesidad de recurrir a la fe, aunque, en otras ocasiones, se apoya en la fe para la justificación de actitudes humanas. Santo Tomás de Aquino, defendió la existencia de Dios por las conocidísimas cinco vías y escribió también de asuntos sociales escribiendo “sobre la monarquía” o dando una definición de LEY que todavía se cita en Filosofía del Derecho. También, como sabemos, hubo filósofos, como Descartes, que acudieron al puro razonamiento para justificar le existencia de Dios, del alma y de los seres materiales. Este movimiento, llamémosle razonador, porque es algo más que racionalista, tenía ya, en los tiempos de la Ilustración, un largo precedente de filósofos, tanto cristianos como de otras religiones e, incluso, laicos.
Me ha sorprendido la noticia periodística de que el Papa Benedicto XVI haya declarado la Ilustración como la época de la soberbia de la razón y un gran perjuicio para la humanidad. Porque es una condena, insisto, de ser cierta la noticia, que recuerda las de Galileo, Lutero, y otros tantos , cuyas excomuniones fueron posteriormente levantadas. Dicho sea en honor de la verdad, que las hogueras y tantas excomuniones de la Inquisición, hoy producen sonrojo y vergüenza . Y que no se entiende que se pueda martirizar a seres humanos por sus creencias o por defender aquello en lo que creen.
Habrá que esperar a poder leer la Encíclica papal para salir de dudas. Mientras tanto, confiemos en la indudable capacidad intelectual del Papa y en que no se condene la laicidad de nuestra razón. Porque, en último término, podrían aceptar los creyentes que la razón humana haya sido obra de Dios. ¿No parece una paradoja?
.20 de Diciembre de 2007.

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