¿ESCRIBIR SOBRE PALENCIA?

Ante todo, he de decir que soy nuevo en Palencia y que no he tenido tiempo de conocer suficientemente esta hermosa Ciudad. Que, por tanto, no podré escribir mucho sobre las costumbres palentinas, aunque sí puedo hablar de algunas cosas que me resultan sorprendentes, siempre a riesgo de equivocarme. Porque no siempre me será posible llevar este propósito a cabo.
Para poder expresarme, aclararé que no tengo casa propia, que vivo en un piso de alquiler y que intento tener un piso propio, para lo cual, he estado en contacto con algunas personas que se encargan de enseñar pisos y de tramitar su posible compra. Esta situación me ha permitido saber, precisamente mediante estos intermediarios, que, el Alcalde de la Ciudad, a quien aún no conozco, es socialista, pese a que no sean socialistas las personas que dirigen otras instituciones políticas en Palencia. Según la expresión de la posible vendedora: “todo el mundo le vota a pesar de ser socialista”, por ser una bella persona y por buscar el bien de los ciudadanos y de las ciudadanas.
Pudiera también ser así la situación, porque el Alcalde palentino, según parece, no se vale de la Alcaldía para mandar más que lo imprescindible y, su tiempo en la Alcaldía, lo dedica no a dominar o mandar, sino, por las noticias que tengo, lo dedica a ser útil y a servir a ciudadanos y a ciudadanas. El cetro de alcalde es, no tanto un símbolo de poder, como un símbolo de servicio. La propia autoridad municipal hay que entenderla como un compromiso de servicio a los ciudadanos de ambos sexos. Quizás porque el Alcalde es la mayor autoridad de la Ciudad, precisamente por eso, sirve a todas las personas de la Ciudad de Palencia.
Y es que, para cumplir la misión de Alcalde, conviene recordar las palabras de Jesucristo:”El que se considere mayor de entre vosotros, sirva a sus hermanos”. Así se mira a cada ciudadano cuando se tiene la autoridad concebida como un servicio social a las demás personas, a tantas más, cuanto mayor sea el número de personas y el número de ciudadanos y ciudadanas.
Esto que he dicho, me sirve también para valorar positivamente a las sencillas personas de esta ciudad, quienes es muy posible que aprecien más a su Alcalde por su servicio, que por su capacidad de mando, que, sin duda tendrá, pero que no exterioriza porque no le hace falta, Porque también se es buen alcalde cuando los ciudadanos y las ciudadanas confían en él. ¿No es verdad? Pues, que… ¡así sea!
¡¡Gracias!!

09 noviembre de 2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario