NUESTRA SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO

Hay una expresión evangélica de Jesucristo que dice: “Por sus hechos los conoceréis”. Esta frase, creo que es aplicable a la actitud de los partidos políticos españoles en la solución de las tensiones y de los problemas sociales. Y, más que nunca quizás, en estos momentos de la realidad social española, en la que urge, posiblemente la solidaridad positiva con el Pueblo español, es decir, con el conjunto íntegro de ciudadanos y ciudadanas.

Porque, el Pueblo, lejos de ser una “masa anónima”, es el conjunto de la ciudadanía que integra y hace real a la Nación española, por la que estamos fuertemente unidos, para llevar a cabo, entre todos, inseparable y solidariamente, el esfuerzo común de construir una España que necesita de la seria cooperación de todas las personas de nuestra Patria. Esta actitud de firme, seria y compartida unión y cooperación, es lo que entendemos por solidaridad ciudadana. Solidaridad es lo que, en la Revolución francesa, se llamaba fraternidad y, quizás también, caridad, en sentido, social más que religioso, aunque sin excluirlo.

Lo que implica una seria, firme, positiva y profunda actitud de unión y de cooperación con todas las demás personas y grupos de personas, tanto individual como socialmente considerados. El Pueblo somos todas las personas españolas de ambos sexos. También lo son los diversos grupos sociales y no solamente los individuos, sino que incluye los grupos humanos: Piénsese en los Partidos políticos, en los sindicatos y en las múltiples y diversas asociaciones. Debemos, creo, sentirnos consciente y mentalmente solidarios de otros grupos y estar vitalmente y ,en lo posible, unidos a ellos, especialmente, en la comprensión y en el respeto, con tal de que no actúen en contra de lo que significa la real solidaridad, reconociendo nuestra diversidad de opiniones e intereses y, a su vez, nuestro derecho y respeto a la diferencia.

Porque, es evidente que, ser solidarios, no es fácil, especialmente, cuando la diversidad de opinión puede ser fuerte. Pero, al menos, hemos de reconocer que, el derecho a la libertad de opinión, nos asiste a todas las personas opinantes.

Sentirse solidario con el Pueblo, es lo mismo que ser solidario con la Nación española, es decir, con España y con sus ciudadanos, Y estaremos defendiendo esta solidaridad siempre que defendamos que todos los seres humanos españoles dispongamos de la misma libertad, ni más ni menos. Lo que supone que, si yo supiera de alguien, que esté privado de poseer cualitativamente la libertad que yo tengo, ahí estoy yo (un yo múltiple) para luchar porque eso no ocurra. Es decir, ahí estamos todos para defender que todos tengamos el mismo nivel de libertad. Ahí esta el nudo de enlace de nuestra solidaridad con el Pueblo.

Es imprescindible que, los tres grandes valores del Socialismo Democrático, es decir, la unidad, la libertad y la solidaridad, sean comprendidos por todos, como formando un bloque compacto de acción social, en el que, cada uno de ellos, integre a los otros dos coexigiéndose. Dicho de forma negativa: “No libertad sin igualdad y sin solidaridad”; pudiéndose empezar también por la igualdad o por la solidaridad. Integrar así estos valores en la vida personal y colectiva es, según firmemente creo, SER SOCIALISTAS. ¿Tu también? Pues ¡vamos! Desearlo, ya es empezar. Sólo hay que darle continuidad en el tiempo. ¿No es así?

02 Octubre 2009


No hay comentarios:

Publicar un comentario