La frase es de D. Gregorio Peces Barba en un artículo en “El País” del día 14 de mayo del año actual, titulado “Los caminos de la regeneración democrática” (pag.29) en el que dice, entre otras cosas, que se necesitan “ciudadanos virtuosos.” Porque, si el ideal de los ciudadanos es la virtud y la capacidad de autodeterminación, el ideal de los pueblos son los valores y la ética pública procedimental y material de los valores, los principios y los derechos.
El Doctor Peces Barba, explica que, “la concurrencia de esas de esas capacidades individuales y colectivas, hacen a los pueblos grandes”,a las democracias, auténticas y humanas”. Pero, pienso, que, para lograrlo hay que pensar como ciudadanos que sentimos el vínculo con los demás, es decir, la solidaridad con los demás y la necesidad de cumplir generosamente las leyes, prescindiendo de las llamadas interiores y las incitaciones externas afectivas al egoísmo.
No es extraño que el profesor Peces Barba señale la urgencia de pensar en las demás personas y en el bien común. En abrir el espacio de nuestros compromisos sociales y de nuestros deseos al ámbito de las demás personas con la que convivimos. Urge pensar y obrar teniendo presente al resto de ciudadanos y ciudadanas que comparten la existencia con nosotros en el ámbito de nuestra sociedad. No basta con sentirnos bien un nuestra realidad social, sino también, esforzarnos con coraje en buscar el bien de las demás personas y grupos sociales.
Es cierto, como dice el profesor, que falta grandeza, pasión pública, desinterés consciente y determinado por objetivos propios y, también, grandeza de miras. Y, en esta grandeza está
Una persona solidaria, se siente urgida por las leyes, por las necesidades sociales, por el compromiso democrático de pensar en los demás seres humanos, no para contemplarlos, sino para comprometerse con el beneficio de ellos mismos.
De ahí, a percatarse de que el egoísmo no conduce a parte alguna, que hay que pensar el nuestra sociedad, no sólo como un bloque difuso de seres humanos, sino como un conjunto necesitado de comprensión, compromiso y respeto. Y que, dicho compromiso, urge.
¡Gracias al profesor Peces Barba, por ayudarnos a salir de la miopía en nuestras miradas!
14 MAYO 2009
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