He leído en diversos artículos periodísticos que, hoy en día, es necesario coordinar igualdad y libertad en la sociedad actual y que, frecuentemente, toman como punto de referencia a Norberto Bobbio en un libro de dicho autor, prologado por D. Gregorio Peces Barba, titulado precisamente así: “Igualdad y libertad” en la editorial Paidós. Se insiste en dichos artículos de prensa, en que hay que adaptarse a los tiempos actuales y que, si no sería posible hablar de “Socialismo Liberal”, Porque, dicen que. no en balde, los tiempos han evolucionado.
En mi personal experiencia, en algún foro de debate, insistiendo en que un socialista auténtico tiene que permanentemente interrogarse y responderse a sí mismo a la pregunta de “¿por qué soy socialista?, recuerdo que hubo una persona que, aparentemente un tanto airada, contestó: “Yo si se por qué soy socialista”, pero no explicó por qué lo era. No es, por cierto, el único caso en que, en el mismo o en otro contexto, he visto actuar de la misma manera. Pero, vale la pena señalar también que, esa pregunta, se la hacen también los cristianos, dando respuestas variopintas y nadie se escandaliza.
Hoy, hay personas que hablan de un “socialismo liberal”, apoyándose sin duda en que el mundo ha cambiado y se ha modernizado. También que, los sistemas sociales han cambiado, hasta el punto de poder, quizás, hoy hablarse de, no se si de “socialismo liberal” o de “social liberalismo”. Me aventuro a decir que no debe confundirse el liberalismo económico y el liberalismo social, lo mismo que no debe confundirse socialismo y comunismo ni la socialdemocracia con el marxismo. No dejo de recordar el disparate de alguien que escribió una carta al director diciendo que, el señor Rodríguez Zapatero, intentaba instaurar en España el marxismo-leninismo, con lo cual no demostró otra cosa que una supina ignorancia, no sabiendo que hoy, el marxismo leninismo no existe, ni siquiera como objetivo, en ninguna sociedad en el mundo, porque eso sí que es una historia pasada.
Pues bien, es muy frecuente la pregunta por saber cómo encajar en una sociedad la igualdad y la libertad haciéndose mil preguntas para saber qué igualdad y qué libertad queremos. Pero, creo firmemente, que las respuestas pudieran distorsionar la realidad si no se tiene en cuenta la necesidad incluir el valor social de la solidaridad que, por cierto, es precisamente el punto de conjunción de los otros dos valores: Es decir: De la igualdad y de la libertad.
Para aclarar un poco el asunto voy a afirmar que cualquier Liberalismo defiende la libertad, pero siempre como un valor individualista. Dicho de otra forma: El Primer estado Liberal, parte del supuesto de que, lo importante en la sociedad, son todas y cada una de las personas “como individuos”, quienes buscan y pretenden lograr la satisfacción de sus intereses particulares y, que los Derechos que defiende el Estado, deben ser particulares e individuales. Por lo tanto, la idea de sociedad que tiene es la de un Estado, en el que, lo importante son las personas como individuos, por eso, identifica los Derechos humanos con los derechos personales individuales. La solidaridad no forma parte del ideario Liberal, o, si se prefiere, de la ideología del Estado liberal. Posteriormente, quien defendió los Derechos sociales, fue el Estado de Derecho democrático social, cambio que se produjo especialmente en Francia y en Estados Unidos.
Pero para el Socialismo Democrático, la solidaridad es un valor medular, que afecta internamente a la libertad y a la igualdad. Dicho casi sintéticamente: En el Socialismo Democrático, la libertad y la igualdad, a una, “son solidarias”. La igualdad y libertad solidarias es la propia y característica libertad del Socialismo Democrático. El Socialismo Democrático supera e incluye los valores individuales, pero también y, sobre todo, no olvida los derechos de los grupos sociales e intenta, por tanto, que todas las personas y grupos dentro de un Estados disfruten solidariamente de igual libertad. Opino que no se puede dudar de que, lo que une la libertad y la igualdad está, precisa y lógicamente en la SOLODARIDAD y no de otra manera.
Dicho de forma singularizada y en las antípodas del Liberalismo: Un socialista no puede descansar si no lucha porque que todas las personas disfruten solidariamente de igual libertad. Ahí esta la base de una Sociedad justa Y, también, socialista. Humilde, pero firmemente, así pienso. Si usted lo piensa un poco, tal vez, coincida conmigo y “viceversa”. ¡¡Gracias!!
En mi personal experiencia, en algún foro de debate, insistiendo en que un socialista auténtico tiene que permanentemente interrogarse y responderse a sí mismo a la pregunta de “¿por qué soy socialista?, recuerdo que hubo una persona que, aparentemente un tanto airada, contestó: “Yo si se por qué soy socialista”, pero no explicó por qué lo era. No es, por cierto, el único caso en que, en el mismo o en otro contexto, he visto actuar de la misma manera. Pero, vale la pena señalar también que, esa pregunta, se la hacen también los cristianos, dando respuestas variopintas y nadie se escandaliza.
Hoy, hay personas que hablan de un “socialismo liberal”, apoyándose sin duda en que el mundo ha cambiado y se ha modernizado. También que, los sistemas sociales han cambiado, hasta el punto de poder, quizás, hoy hablarse de, no se si de “socialismo liberal” o de “social liberalismo”. Me aventuro a decir que no debe confundirse el liberalismo económico y el liberalismo social, lo mismo que no debe confundirse socialismo y comunismo ni la socialdemocracia con el marxismo. No dejo de recordar el disparate de alguien que escribió una carta al director diciendo que, el señor Rodríguez Zapatero, intentaba instaurar en España el marxismo-leninismo, con lo cual no demostró otra cosa que una supina ignorancia, no sabiendo que hoy, el marxismo leninismo no existe, ni siquiera como objetivo, en ninguna sociedad en el mundo, porque eso sí que es una historia pasada.
Pues bien, es muy frecuente la pregunta por saber cómo encajar en una sociedad la igualdad y la libertad haciéndose mil preguntas para saber qué igualdad y qué libertad queremos. Pero, creo firmemente, que las respuestas pudieran distorsionar la realidad si no se tiene en cuenta la necesidad incluir el valor social de la solidaridad que, por cierto, es precisamente el punto de conjunción de los otros dos valores: Es decir: De la igualdad y de la libertad.
Para aclarar un poco el asunto voy a afirmar que cualquier Liberalismo defiende la libertad, pero siempre como un valor individualista. Dicho de otra forma: El Primer estado Liberal, parte del supuesto de que, lo importante en la sociedad, son todas y cada una de las personas “como individuos”, quienes buscan y pretenden lograr la satisfacción de sus intereses particulares y, que los Derechos que defiende el Estado, deben ser particulares e individuales. Por lo tanto, la idea de sociedad que tiene es la de un Estado, en el que, lo importante son las personas como individuos, por eso, identifica los Derechos humanos con los derechos personales individuales. La solidaridad no forma parte del ideario Liberal, o, si se prefiere, de la ideología del Estado liberal. Posteriormente, quien defendió los Derechos sociales, fue el Estado de Derecho democrático social, cambio que se produjo especialmente en Francia y en Estados Unidos.
Pero para el Socialismo Democrático, la solidaridad es un valor medular, que afecta internamente a la libertad y a la igualdad. Dicho casi sintéticamente: En el Socialismo Democrático, la libertad y la igualdad, a una, “son solidarias”. La igualdad y libertad solidarias es la propia y característica libertad del Socialismo Democrático. El Socialismo Democrático supera e incluye los valores individuales, pero también y, sobre todo, no olvida los derechos de los grupos sociales e intenta, por tanto, que todas las personas y grupos dentro de un Estados disfruten solidariamente de igual libertad. Opino que no se puede dudar de que, lo que une la libertad y la igualdad está, precisa y lógicamente en la SOLODARIDAD y no de otra manera.
Dicho de forma singularizada y en las antípodas del Liberalismo: Un socialista no puede descansar si no lucha porque que todas las personas disfruten solidariamente de igual libertad. Ahí esta la base de una Sociedad justa Y, también, socialista. Humilde, pero firmemente, así pienso. Si usted lo piensa un poco, tal vez, coincida conmigo y “viceversa”. ¡¡Gracias!!
16 de Mayo de 2008
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