ALGO SOBRE SANIDAD PÚBLICA Y DUPLICIDAD

La Sanidad pública, como sabemos, se ocupa del cuidado, del restablecimiento positivo y, si es posible, de la cura completa, de la persona enferma, mediante la participación médica y de todo el personal sanitario, con trato directo o indirecto con la persona enferma. En este contexto están un conjunto de gestores de uno y otro sexo, aunque quizás, no todos ellos, sean técnicos en Sanidad.

Haciendo referencia a todo esto, la Doctora Doña Adela Cortina, Catedrática de Ëtica y Filosofía Política de la Universidad de Valencia y directora de la Fundación ÉTNOR, escribe un artículo en “El País” (7 del 09 de 2009, pag. 23) titulado: “Sanidad pública: ¿eficiencia o calidad?”, en el que muestra su prestigio y su inquietud, en base, de entre otras cosas, a la experiencia en el Hospital Infantil de la Fe de Valencia.”El cual, después de haber funcionado, como otros muchos otros en España, de una forma autónoma e independiente del resto del complejo sanitario en el que se congregan las distintas especialidades, un tipo de paciente bien diferente del adulto. El niño no es un adulto pequeño, requiere una peculiar atención por parte de los distintos especialistas que deben trabajar bien articulados entre sí para poder para poder prestarle una asistencia integral”.

La profesora citada alude a la hoy floreciente rama de la Economía que es la “Economía de la salud” que introduce en la sanidad la racionalidad económica y el análisis “coste /beneficio” para racionalizar el gasto, dando lugar en la Sanidad, según la Profesora, a tres tipos de protagonistas sanitarios, amén de los pacientes: “Los profesionales sanitarios preocupados por el bien del paciente,...los gerentes, empeñados en la eficiencia en la gestión de recursos, y las Administraciones públicas que nombran a los gerentes y les exigen esa anhelada eficiencia, medible en dinero y en actuaciones que generen votos

Me parece que, los seres más importantes en Sanidad, son sin ningún género de duda, los enfermos de ambos sexos, para quienes existen los hospitales. Pero, parece que, con tantas divisiones de la gestión y con objetivos extraños a la sanidad, puede desvirtuarse el objetivo fundamental y caer en duplicidades extrañas a la sanidad. Porque lo fundamental es lo primero, pero si se duplica o triplica lo fundamental, sustituyéndolo por algo adyacente y espurio ¿no se estará prostituyendo el fin primario y fundamental hasta el punto de sustituir la gestión de la Salud por la intención de alcanzar votos?

Hay cosas que, en buena Ética, no deben ser. ¿No les parece?. Hay una duplicidad, creo, éticamente inmoral y ajena a los objetivos primarios de la Sanidad pública, dando cabida a lo que no la tiene.

Y, ¡Muchas gracias, doctora Cortina, por su lúcida aportación en contra de esas duplicidades incoherentes. Eso pienso. ¡Gracias a usted por su lúcida cooperación por su claridad de ideas y por su pedagógico esfuerzo e interés. De acuerdo en que el niño enfermo es lo primero y fundamental y que, lo demás, en cierta medida, sobra.


29 Septiembre 2009

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